- IMAGEN CAPTURADA POR LA WEB PARA ILUSTRAR EL POST -
Yo no sé qué le he hecho a esta mujer, pero no son figuraciones mías. Juro por "San Lucas de Barrameda" que esta criatura me tiene gato por el mero hecho de mi existencia sobre la faz de la Tierra... a 3 metros de ella en el despacho que compartimos durante 9 horas y media cada día...
Como soy de naturaleza despistada, ha tenido que asestarme muchas coces para que me dé cuenta de la cuestión. Pero me he dado cuenta. Sí.
Es de este tipo de personas que tiene por costumbre "arreglarle" la vida a todos sus semejantes y comentar lo que nuestra educación nos dice que es incomentable.
Imaginemos: uno está hablando con su señora madre por teléfono (por poné un poné) en la oficina, y le dice "pues es que las lentejas pardas no me gustan" (se lo dice a su madre, a la de uno mismo, no a la de ella, aclaro por si acaso) y la sujeta en cuestión (la que arregla vidas ajenas, no la madre que habla por teléfono) manifiesta sin cortarse ni con cristales "pues hija, con lo ricas que están las lentejas pardas, desde luego...".
[ El caso anteriormente narrado es totalmente ficticio, no lo repitáis en vuestras casas, puesto que está llevado a cabo por especialistas en circuito cerrado... (qué estoy diciendo, se me va la olla, ay!) ].
Empecé a darme cuenta de que me miraba con mala lechecilla un día en el que fuimos a Zara y yo cogí una talla 38 y ella una 42. Yo ni me dí cuenta, pero a ella debió no hacerle mucha gracia y me dijo de buenas a primeras "¿tú no estás un poco flaca para la edad que tienes?" (lo cual es una manera de decir "estarás menos gorda que yo, pero más vieja"). Yo, que no me veo muy flaca, sino que por mis "secuelas" de la bulimia, me veo como la mesa camilla de la casa de mi abuela me quedé a cuadros escoceses y no respondí nada.
Desde entonces, empezó a criticar sistemáticamente toda mi ropa. He de decir que mi ropa de ir a la oficina es una serie de jerseys (3 o 4) de cuello alto de canalé sin más florituras y tres pares de pantalones negros de esos de ir a la oficina (ya me entendéis), así que no no hay demasiado que criticar, creo yo. Pues ella no opina lo mismo. "Hija, siempre de negro pareces una cucaracha" (este sí es un comentario real).
Dejamos la ropa a un lado, porque realmente me da igual. Y empezamos con lo personal.
Una mañana en la que llegué a trabajar después de haber pasado una noche entera con fiebre y vomitando me salta "Ay, qué mal te has maquillado hoy, pareces un muerto"... "estoooo, nunca me maquillo, soy así de fea", le dije. Es evidente que ella no tiene por qué saber que he pasado mala noche, pero es una norma de educación básica no ofender a tus semejantes gratuitamente, vamos, digo yo.
Todo esto me daba igual, ni se lo tenía en cuenta. En realidad he caído en ello ahora, porque a raíz de toda mi aventura inmobiliaria (el piso, sí, el piso), la tía se lo ha tomado como una afrenta personal y ya no para.
Está con la oreja puesta cada vez que me llama el pimpollo y oye algo de piso, letra, banco, visita, metros cuadrados... "ay, que no os compráis el piso? ... joooo, qué lastimaaaaaa -sonrisa de "jódete, puta" en su cara - si ya te lo digo yo, es que está muy difícil, hazme caso, jijiji", "y por qué no miras por mi barrio, que es más barato, es que eres muy elitista, hija, ni que te hubieras criado en el Viso..." (ella vive en la zona sur... joder, y yo he vivido toda mi vida en la periferia, por eso no quiero más de lo mismo)... "uf, y os váis a casar? pues luego para el divorcio es más lioso"... "oye por cierto, ya de comrparse trapitos de esos de quinceañera pija que te compras, como que no, ¿verdad?, ahora cosas para la casa"... "yo no sé, pero cada día tienes el pelo más amarillo-piolín, te estás haciendo algo?"... "por cierto, la concursante de Gran Hermano... ah, que tú no ves eso, que eres intelectual, jijiji"
Y así, hasta el infinito y más allá.
Lo que pasa es que una ya se harta de ser prudente. Y no, no puedo mantener con ella una conversación, no porque yo sea "intelectual" y ella vea "Gran Hermano", sino porque a mí, de verdad, no me interesa que me cuenten cotilleos de la vida de otros compañeros de trabajo, ni tampoco soy de las personas que va contando todo lo que ve y oye. Y eso la mata "tú que te mueves por todo el edificio y hablas con todo el mundo, sabrás muchas cosas que yo no sé, cuenta, tía, cuenta"... y yo flipé y contesté "¿tú no sabes eso de que hay gente que vale más por lo que calla que por lo que habla?"...
No es por ofender, pero este tipo de personas que tienen que estar constantemente enmendándole la plana al prójimo, que necesitan carnaza (local o televisiva, da igual) para subsistir y que no hacen un comentario prositivo de nadie ni aunque les metas un dedo en el ojo para obligarles... me dan pena, me parecen pobres de espíritu y amargadetes penosillos.
Ojo, no esto diciendo que yo sea mejor que ella... pero, al menos, de ese pie no cojeo...
Como soy de naturaleza despistada, ha tenido que asestarme muchas coces para que me dé cuenta de la cuestión. Pero me he dado cuenta. Sí.
Es de este tipo de personas que tiene por costumbre "arreglarle" la vida a todos sus semejantes y comentar lo que nuestra educación nos dice que es incomentable.
Imaginemos: uno está hablando con su señora madre por teléfono (por poné un poné) en la oficina, y le dice "pues es que las lentejas pardas no me gustan" (se lo dice a su madre, a la de uno mismo, no a la de ella, aclaro por si acaso) y la sujeta en cuestión (la que arregla vidas ajenas, no la madre que habla por teléfono) manifiesta sin cortarse ni con cristales "pues hija, con lo ricas que están las lentejas pardas, desde luego...".
[ El caso anteriormente narrado es totalmente ficticio, no lo repitáis en vuestras casas, puesto que está llevado a cabo por especialistas en circuito cerrado... (qué estoy diciendo, se me va la olla, ay!) ].
Empecé a darme cuenta de que me miraba con mala lechecilla un día en el que fuimos a Zara y yo cogí una talla 38 y ella una 42. Yo ni me dí cuenta, pero a ella debió no hacerle mucha gracia y me dijo de buenas a primeras "¿tú no estás un poco flaca para la edad que tienes?" (lo cual es una manera de decir "estarás menos gorda que yo, pero más vieja"). Yo, que no me veo muy flaca, sino que por mis "secuelas" de la bulimia, me veo como la mesa camilla de la casa de mi abuela me quedé a cuadros escoceses y no respondí nada.
Desde entonces, empezó a criticar sistemáticamente toda mi ropa. He de decir que mi ropa de ir a la oficina es una serie de jerseys (3 o 4) de cuello alto de canalé sin más florituras y tres pares de pantalones negros de esos de ir a la oficina (ya me entendéis), así que no no hay demasiado que criticar, creo yo. Pues ella no opina lo mismo. "Hija, siempre de negro pareces una cucaracha" (este sí es un comentario real).
Dejamos la ropa a un lado, porque realmente me da igual. Y empezamos con lo personal.
Una mañana en la que llegué a trabajar después de haber pasado una noche entera con fiebre y vomitando me salta "Ay, qué mal te has maquillado hoy, pareces un muerto"... "estoooo, nunca me maquillo, soy así de fea", le dije. Es evidente que ella no tiene por qué saber que he pasado mala noche, pero es una norma de educación básica no ofender a tus semejantes gratuitamente, vamos, digo yo.
Todo esto me daba igual, ni se lo tenía en cuenta. En realidad he caído en ello ahora, porque a raíz de toda mi aventura inmobiliaria (el piso, sí, el piso), la tía se lo ha tomado como una afrenta personal y ya no para.
Está con la oreja puesta cada vez que me llama el pimpollo y oye algo de piso, letra, banco, visita, metros cuadrados... "ay, que no os compráis el piso? ... joooo, qué lastimaaaaaa -sonrisa de "jódete, puta" en su cara - si ya te lo digo yo, es que está muy difícil, hazme caso, jijiji", "y por qué no miras por mi barrio, que es más barato, es que eres muy elitista, hija, ni que te hubieras criado en el Viso..." (ella vive en la zona sur... joder, y yo he vivido toda mi vida en la periferia, por eso no quiero más de lo mismo)... "uf, y os váis a casar? pues luego para el divorcio es más lioso"... "oye por cierto, ya de comrparse trapitos de esos de quinceañera pija que te compras, como que no, ¿verdad?, ahora cosas para la casa"... "yo no sé, pero cada día tienes el pelo más amarillo-piolín, te estás haciendo algo?"... "por cierto, la concursante de Gran Hermano... ah, que tú no ves eso, que eres intelectual, jijiji"
Y así, hasta el infinito y más allá.
Lo que pasa es que una ya se harta de ser prudente. Y no, no puedo mantener con ella una conversación, no porque yo sea "intelectual" y ella vea "Gran Hermano", sino porque a mí, de verdad, no me interesa que me cuenten cotilleos de la vida de otros compañeros de trabajo, ni tampoco soy de las personas que va contando todo lo que ve y oye. Y eso la mata "tú que te mueves por todo el edificio y hablas con todo el mundo, sabrás muchas cosas que yo no sé, cuenta, tía, cuenta"... y yo flipé y contesté "¿tú no sabes eso de que hay gente que vale más por lo que calla que por lo que habla?"...
No es por ofender, pero este tipo de personas que tienen que estar constantemente enmendándole la plana al prójimo, que necesitan carnaza (local o televisiva, da igual) para subsistir y que no hacen un comentario prositivo de nadie ni aunque les metas un dedo en el ojo para obligarles... me dan pena, me parecen pobres de espíritu y amargadetes penosillos.
Ojo, no esto diciendo que yo sea mejor que ella... pero, al menos, de ese pie no cojeo...
ESCUCHANDO: Storm (Jamie Foxx)
9 comentarios:
Yo tuve una compañera encantadora pero que parecía que trabajara en la emisora local porque lo sabía todo de todos, y además tampoco era excesivamente cotilla pero si le tirabas un poquito de la lengua ella siempre taba al caso de todo. Yo creo que en el fondo me sentiría halagada porque tanta crítica demuestra que pasa mucho tiempo observandote, por algo será...debe de admirarte más de lo que osaría confesar...
kisses!
Parece que ejemplares de este tipo los hay por todas las oficinas. Es que hay una de envidia....
En todas partes hay una así, y lo peor es que hay que aguantarlas jajaj, besitos y hasta pronto byebye
siempre hay alguien que unos e encuentra asi en su camino!!!
Pues yo lo veo bastante claro: ENVIDIA COCHINA.
En serio, es que los comentarios que te hace con prueba evidente de que envidia tu talla 38, tu piso con el pimpollo, tu todo, ea! Si no, a) Se alegraría por ti, b) Como poco, se estaría calladita.
Así que no te lo tomes como un ataque y ofensa personal y alégrate, en serio, de ser capaz de suscitarle esa envidia, jijiji (yo es que toda la vida he pensado que cuando alguien está contento con lo que es y lo que tiene, no necesita ir por ahí criticando lo que hacen, dicen, piensan los demás) ;)
Un besote!
Varias cosas:
1º) Escuchando a Jamie Foxx... jodere, qué gustazo tienes (también lo digo por Dwele). Me encanta ese disco, sobre todo el corte llamado Extravaganza.
2º) Hay gente así por todos lados y la mejor manera de putearla (con perdón) es hacer como estás haciendo ahora: pasando de ella y no contándole las cosas que se muere por saber. El tiempo (espero y supongo) la pondrá en su lugar, tú no te preocupes y piensa que con cada nuevo comentario "ofensivo" que intente hacer, puede estar la raíz de un nuevo post.
3º) ¡Me tenías enlazada y yo sin saberlo! No sé si me has comentado alguna vez, pero ha sido toda una sorpresa.
Besos
Lo que yo no entiendo es como esa gente, despues de todo se cree gracioso y si te ofenden... se excusan en que ellos son sinceros...
Amos hombre por favor, no me vengas a joder... tu eso lo que es, es una envidiosa, que envidia tu talla 38, tu pimpollo, tu casa, tu intelecto y tu tu entero...
Que le vayan dando mujer... pasa tres kilos...
Saludos
Desde luego las cosas me pasan por no leer antes los comentarios, te he puesto un post calcado al de laura o mas o menos....
bueno q me pirooooo
Pero mujer, qué dura eres: ¿no te das cuenta de que la gente así son como son porque tienen una vida tan pobre en experiencias, tan mediocre internamente, tan triste externamente, tan vacía del derecho y del revés, y tan anodina a todos los niveles, que si no se enriquecen un poco por medio de tus experiencias o las de los demás, podrían acabar suicidándose?... ;-)
Un besote.
Publicar un comentario