viernes, junio 23, 2006

OVERBOOKING

- Sección: UNDER PRESSURE


- OTRO POST SIN IMÁGENES... ESTOY DE "CASPA" CAÍDA -

Siempre he dicho que no quería ser superwoman. La cosa es que tengo que serlo por cojones, perdón, por exigencias del guión ajenas a mi voluntad.
Hago horas extra, hago turnos de guardia 24 horas extra, hago abdominales, hago la comida, hago la cama, hago exámenes (y los apruebo)... y hago tantas cosas que tengo fatiga en todos los aspectos.
Creo que lo que no hago es cuidarme bien y dedicarme tiempo a mí misma. De ahí que mis ojeras cuelguen y amoraten mi mirada, cansada de tantas cosas como tengo que mirar a la vez. Y a veces no veo nada.
Este fin de semana me voy a la playa a desconectar.
Estoy fundida.
El día 7 de Julio (San Fermín) me voy definitivamente de vacaciones.
Si alguien tiene días de 32 horas que me regale unos cuantos...
Agh.

jueves, junio 08, 2006

LO IMPORTANTE VA A SER PARTICIPAR

- Sección: ME & MYSELF


- POST SIN IMAGENES HASTA QUE ME DECIDA A PONER LAS FOTOS DE MI CASA -

No sé escribir, no sé ponerle palabras a las cosas que siento o pienso, ni siquiera a cosas inventadas, que supongo que serían más fáciles para contar. No sé (o se me ha olvidado) salir de lo inmediato y hacer un pequeño ejercicio de introspección para decir e imaginar lo que quiero decir.
Así que, a veces, me siento vacía, porque no tengo palabras que llenen ese vacío.
Por cierto, he de decir que el libro que estoy leyendo ahora mismo de Lucía Etxebarría hasta me está gustando. Y lo mismo no es tan espantosa como escritora, sino que yo pensaba que mi mente merecía más... y ya ves, no sé ni escribir.
Tiene narices la cosa. No sé escribir.
Me explico: sé unir palabras y formar frases que van un poco más allá de la estructura sujeto+predicado, incluso podría llegar un poquito más allá con la forma pasiva de los verbos que cualquier alumno de Juli, pero no mucho más allá...
Antes, y cuando digo antes me refiero a un pasado no muy lejano, aunque con 34 años (sí, por fin he confesado mi edad) para algunos mi pasado será más lejano que el Paleolítico inferior y para otros será antesdeayer por la mañana, más o menos, pero claro, si hablo de mí soy yo la que cuenta, así que mi pasado no muy lejano data entre los 15 y los 25 años... aunque visto así sí que parece lejamo...
Como decía, antes, en ese pasado (lejano o no), escribía, de hecho hasta dejaba que me leyeran amigos y familiares. Nunca me dio por la poesía porque le tenía demasiado respeto a Miguel Hernández y a Machado como para decir alegremente que yo escribía poesía y porque siempre he pensado que para escribir poesía hay que tener un cierto toque que por mucha técnica y mucho taller de novela, relato o de ensayo que hayas recorrido y pateado, tienes talento o nada de nada.
La prosa es diferente, si escribes bien ya tienes una base.
Así que en aquella época yo escribía y creía que, a veces, lo hacía bien. Escribí una novelita insustancial pero muy "intensa" acerca de la existencia solitaria y "underground" de una joven (o sea, de mi existencia) y algún que otro articulillo sin mucha importancia (alguno me lo publicaron y todo, qué cosas) sobre relaciones entre padres e hijos, percepción del propio cuerpo (qué cachonda era yo, oye, con mi bulimia galopante dando clases a distancia de "cómo aceptarse una misma sin caer en las trampas publicitarias de los nuevos modelos estéticos", con un par...) y hasta incluso sobre música o sobre literatura (es que en ese pasado no sólo escribía sino que también leía, mucho, mucísimo).
Y, sobre todo, escribía cartas. Sí, cartas, no correos electrónicos sino cartas, con bolígrafo, algún que otro tachón, letras de canciones para entrar en materia, firma, renglones torcidos y todas esas cosas. y la gente que recibía esas cartas se alegraba y las guardaba y me decían que les había encantado mi carta y cosas así. Y yo seguía escribiendo y contando mi vida y contando la vida en general...
Un día un amigo me dijo que mi manera de escribir le recordaba a Lucía Etxebarría. Me ofendió sobremanera, porque sólo me había leído un libro suyo y me había parecido espantoso. Pues sí escribo así, casi prefiero dejar de escribir.
Y dejé de escribir.
Lo cierto es que no escribo como Lucía Etxebarría ni de lejos. De hecho como en mi vida no han ocurrido grandes cosas ni cosas pequeñas, si ahora me pusiera a esribir no sabría ni siquiera que contar, pero la cuestión en realidad que me trae a esta digresión es que NO SÉ ESCRIBIR, ni siquiera como yo misma. Y me he dado cuenta cada vez que me enfrento a mi diario "de verdad", al que llevo en mi ordenador desde que me compré el primero (ordenador) allá por 1994. Porque releo cosas que escribí entonces y las comparo con ahora y... me pregunto cómo y de dónde sacaba yo todo eso y, sobre todo dónde ha ido a parar, que ahora no lo encuentro...
Y COMO NO SÉ ESCRIBIR, PERO ME DA IGUAL, TENGO DOS BLOGS, UNO AQUÍ (ESTE) Y OTRO EN LJ SÓLO PARA USUARIOS ACEPTADOS PREVIAMENTE Y DADOS DE ALTA EN LJ... Al final creo que da igual, tampoco sé vivir y vivo, tampoco sé cantar y canto... quiero decir... llega un momento en que empieza a darte igual tener o no aptitudes, la cosa está en tener ganas y ponerse...

lunes, junio 05, 2006

SOBRE EL TIEMPO Y OTRAS COSAS RELATIVAS (I)

- Sección: ME & MYSELF

- POST SIN IMÁGENES PORQUE ME DA COSA PONER LAS DE MI CASA, ¡AY! -


Cada mañana cuando desayuno frente a la MTV pienso que debería haberme sentido como en el vídeo que ponene casi todos los días de la canción de Pink "Who knew", destrozada por el amor perdido y muy, muy mal. Pero el día que le dejé me sentí liberada y jamás tuve ni un resquicio de culpa ni una intención, por pequeña que fuese, de volver un paso atrás.
En fin, a veces creo que tenemos ideas preconcebidas sobre lo que debemos sentir o pensar o hacer, dependiendo de la ocasión.
Porque, por ejemplo, yo creía que al tener mi propia casa me sentiría diferente, no sé explicarlo, que sería como crecer o algo así y resulta que soy la misma, pero con más deudas... y la verdad es que tampoco me siento tan agobiada por las deudas, sino que son parte de la vida, total, voy a tardar una pila de años en pagar el piso, no voy a pasarme toda esa ristra de años agobiada...
Pero claro, el tiempo va pasando, para todo el mundo. Esa es otra de las cosas que a veces se tienen en cuenta, y... a veces NO.
El jueves a mi tía, la hermana menor de mi madre, le dio un infarto. Bueno, ahora está bien y todo está bajo control, pero todo eso me ha dado que pensar. Lo que quiero decir, es que mi madre es más mayor que su hermana, vale, está más sana, pero es más mayor y es muy mayor, pasa de los 70, y nunca ha estado enferma ni le ha ocurrido nada, pero justo ahora que nos separan unos cuantos kilómetros caigo en la cuenta de que un día les ocurre algo a alguno de "Los chicos de oro" (mis padres y mis tíos) y no he asumido aún que son ancianos y que no se corresponden ya con la imagen de cuarentones maduritos de mi infancia. De hecho la que dentro de poco será una cuarentona seré yo.
Pero hasta que no ocurre algo así, no caemos en la cuenta de que el tiempo pasa también para nuestros padres y que no son eternos.
Igual que no fueron eternas las disputas de adolescencia y juventud y las espectativas no cumplidas por ambas partes.
Se me ponen los pelos de punta al pensar que un día tendrán que faltar, porque siempre me han hecho falta. Para discutir, para pelearme, para poner metas y caras y nombres y sentimientos a mi frustración, para llorar sobre un hombro, para cualquier cosa.
El hjueves pasado, cuando fui a casa de mis padres a visitarlos se me quedó un sabor agridulce en la boca de vuelta a casa. Primero, por lo frágiles que los veo, por el miedo que me da que les ocurra algo y yo no esté allí para poder ayudarles. Después, por todas las cosas que creo que no he querido o podido compartir con ellos y para las que ahora me falta tiempo y lugar.
Mi madre me tenía su "paquetito" de compra hecho.
Creo que es algo inherente al hecho de ser madre, que comas, que te alimentes, que estás quedándote flaca otra vez... y yo pienso si no será que ella está desarrollando astigmatismo, porque mi perímetro de cadera va en aumento...
Así que subí la cuesta desde el tren a mi casa, cargada con una botella de aceite, un kilo de manzanas, cuarto de lomo, dos pares de medias, dos camisetas nuevas y un libro.
Y todo lo que te haga falta, llevátelo. Pero y si lo que me hace falta eres tú... ¿qué hago?...
No, no es que no haya roto el cordón umbilical maternal, es que veo que se hacen mayores y estoy aterrorizada.

ESCUCHANDO: "Who knew" (Pink)
LEYENDO: "Un milagro en equilibrio" (Lucía Etxebarría)