- EL PUESTO DE CUALQUIERA -
El pimpollo dice que a mí, por lo menos, me reconocen lo que hago y que tampoco moriré de estrés laboral. Supongo que cualquiera podría pensar lo mismo si ve la feria desde fuera y no cae en la cuenta de que nadie te regala nada y que, si te pagan por hacer algo, es porque otros no quieren hacerlo por tí. Vale, puede que yo tenga cierto nivel de comodidad ya que poco a poco he conseguido esa cordialidad amistosa (no somos amigos, no somos sólo compañeros) con la gente de mi departamento. Y eso me ha costado previamente muchos disgustos con algunas personas en trabajos anteriores con las que me he columpiado como una lechona (lo que era en esas épocas, la verdad).
También tengo libertad dentro de lo que cabe; creo que soy la única en toda la empresa a quién se permite llevar piercings sin decir ni mu y a quién nadie le ha reprochado pintas, aspecto ni nada. Y eso que aquí son de un tiquismiquis de mucho cuidado; y eso que a veces un recién desenterrado tiene menos ojeras y la piel más lustrosa que yo (no, no me pinto para ir a trabajar, y soy pálida y ojerosa, pero soy así).
Tampoco nunca me han dicho nada por navegar por Internet o similares. Tal vez porque cuando hay que dar el callo, lo doy a 200% y me quedo corta.
Y ahí es a dónde quiero llegar cuando le digo al pimpollo que nada es dado a cambio de nada, que lo que pasa es que pongo buena cara, pero que trabajo como una jabata cuando se da la ocasión. Y la ocasión no es hipotética, sinoq ue se da. ¡Digo que si se da!
Tras volver de mis vacaciones me he pasado dos semanas de guardia seguidas, he echado horas como para cuando las cobre poder irme a un balneario a que me den masajes hasta en la campanilla, he aguantado desvelos que ni me iban ni me venían ni podía resolver, pero he coordinado acciones de otros grupos y hasta ha salido bien.
Y creo que el reconocimiento (la palmadita en la espalda) es lo mínimo.
Lo malo es que la tónica general es que te saquen hasta los ojos y no te digan ni por ahí te pudras, lo cual es el caso del pimpollo y de muchas más personas, así que sí, estoy agotada y reventada y si suena la blackberry me pongo a dar botes como si me poseyera un demonio saltarín.
Ayer, en no recuerdo cual informativo de televisión, contaban que sólo el 13% de los empleados está contento con su jefe. Voy a quedar como el culo, pero yo formo parte de ese 13%. Y sí, lo mismo merezco más que una palmadita en la espalda o que un agradecimiento por realizar ciertos esfuerzos, pero al menos sé que lo que hago no cae en saco roto y que mi esfuerzo tiene cierta repercusión.
El pimpollo está buscando otro trabajo.
Yo llevo aquí casi 3 años y empiezo a no tener ganas de moverme,... en una temporadita, al menos.
Y sí, él está muy mal y sí, yo estoy relativamente bien, pero nada te lo dan a cambio de nada. Tampoco quiero decir que él merezca el mobbing (acoso laboral par alos de Burgos) al que viene siendo sometido desde hace años.
Pero yo no tengo la culpa de que me vaya bien.
De hecho he luchado y lucho muy duro por ello.
Y ahí es a dónde quiero llegar cuando le digo al pimpollo que nada es dado a cambio de nada, que lo que pasa es que pongo buena cara, pero que trabajo como una jabata cuando se da la ocasión. Y la ocasión no es hipotética, sinoq ue se da. ¡Digo que si se da!
Tras volver de mis vacaciones me he pasado dos semanas de guardia seguidas, he echado horas como para cuando las cobre poder irme a un balneario a que me den masajes hasta en la campanilla, he aguantado desvelos que ni me iban ni me venían ni podía resolver, pero he coordinado acciones de otros grupos y hasta ha salido bien.
Y creo que el reconocimiento (la palmadita en la espalda) es lo mínimo.
Lo malo es que la tónica general es que te saquen hasta los ojos y no te digan ni por ahí te pudras, lo cual es el caso del pimpollo y de muchas más personas, así que sí, estoy agotada y reventada y si suena la blackberry me pongo a dar botes como si me poseyera un demonio saltarín.
Ayer, en no recuerdo cual informativo de televisión, contaban que sólo el 13% de los empleados está contento con su jefe. Voy a quedar como el culo, pero yo formo parte de ese 13%. Y sí, lo mismo merezco más que una palmadita en la espalda o que un agradecimiento por realizar ciertos esfuerzos, pero al menos sé que lo que hago no cae en saco roto y que mi esfuerzo tiene cierta repercusión.
El pimpollo está buscando otro trabajo.
Yo llevo aquí casi 3 años y empiezo a no tener ganas de moverme,... en una temporadita, al menos.
Y sí, él está muy mal y sí, yo estoy relativamente bien, pero nada te lo dan a cambio de nada. Tampoco quiero decir que él merezca el mobbing (acoso laboral par alos de Burgos) al que viene siendo sometido desde hace años.
Pero yo no tengo la culpa de que me vaya bien.
De hecho he luchado y lucho muy duro por ello.
SÍ, SÉ QUE PASAR DE LAS CACHAS DE ERIC-MEDANLOMISMOTUSOREJAS-BANA A UN POST DE ESTE TIPO ES UN TRAGO DURO, PERO ES LO QUE ME HA SALIDO HOY, SERÁN LAS NUBES, SERÁ EL ESTRÉS POSTVACACIONAL...
2 comentarios:
Pues que me alegra un puñao que estés bien en el curro, y que te reconozcan, coño, que vales mucho!!! :**
Yo me lo curro de cojones hija.. asi que entiendo lo de echar horas, y demás... el jefe ni me va ni me viene... el anterior fue un cabronazo, asi que este que tengo me parece divino si lo comparamos.
El caso es currar y que no falte..
Si tú eres de esas afortunadas que eres feliz en tu trabajo, olé por ti, yo me alegro mogollón. Ojalá todo el mundo pudiera decir lo mismo.
Besotes guapa!
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