- ASÍ DE GUAPO LUCÍA EL PUENTE DE TRIANA EN SEVILLA ESTE SÁBADO PASADO -
Como las dos semanas de vacaciones que pasé en el mes de julio me supieron a poco y, de hecho, fueron muy poco, lo que me queda, he decidido ir invirtiéndolo en escapadas. La primera ha caído desde el pasado jueves 23 hasta ayer mismo, 4 días en Sevilla.
Conocía Sevilla de la Expo y de haber tenido que ir allí a trabajar hace 4 ó 5 años, no recuerdo bien. Conocía una ciudad con calima, de autobuses color butano y poca proyección más allá del turismo y los tópicos sobre lo español y lo andaluz.
Y lo que me he encontrado ha sido bien diferente. Me he encontrado con una ciudad que busca y encuentra su propia modernidad sin renunciar a su tradición y su idiosincrasia (hey, qué pedante he quedado, ¿verdad?), con una ciudad amable, donde la gente circula en bicicleta, los tranvías están en pruebas y las distancias son mucho más abarcables que en este interminable Madrid. Me he encontrado una ciudad hermosa, vistosa, que al sol más justiciero o bajo una tromba de agua veraniega (ha llovido, ha llovido, sí, sí, sí) siempre enamora.
Y me he enamorado. Pero sobre todo de la gente. No es que me traiga la impresión del camarero majete que dice gracias a los turistas ni del calesero ocurrente que te cuenta todo sobre los lugares por los que vas pasando en calesa, no, me traigo algo mucho más profundo y es el haberme sentido como en casa gracias al señor Valero y su señora novia que nos han recibido y han hecho que estos días sean muchísimo mejores de lo que ya han sido en sí mismos. [Con mención especial a los pantalones "chinos" color pimentón que tanto furor causaron en la noche sevillana y a ese pedazo de casa de Espartinas que estuvimos encantados de conocer y que disfrutaremos en un futuro. ]
Es una lástima que la gente que me gusta tanto no esté tan a mano como desearía.
La verdad es que tuve un pequeño "flashback" de otra época en la que yo también solía hacer turismo a casa de amigos en otra ciudad también "a la orilla del AVE", y sentí el miedo que siente uno cuando ha perdido a personas queridas y cuando ha visto malogradas sus inversiones emocionales.
Pero como estoy quedando más pedante que una discusión entre Umbral y Sánchez Dragó, mejor lo dejo.
Ya iré poniendo fotos, porque alguna merece la pena, pero no quiero agobiar tampoco.
Concluyendo:
- en Sevilla la lluvia es una maravilla (y el parque de María Luisa en un día de cielo plomizo y suelo mojado, más)
- en Sevilla la gente usa la bici y hacen muy bien
- se come muy bien por no demasiado dinero
- acerca del café mejor no digo nada, porque aún me duele el estómago, Diosssss, qué café más fuerte
- no he visto más italianos juntos ni aunque hubiese ido a Roma
- me he movido sin problemas en transporte público y andando y hasta me he perdido en Triana y he vuelto a encontrarme (que eslo más importante)
- los tópicos sólo son eso, topicos
Conocía Sevilla de la Expo y de haber tenido que ir allí a trabajar hace 4 ó 5 años, no recuerdo bien. Conocía una ciudad con calima, de autobuses color butano y poca proyección más allá del turismo y los tópicos sobre lo español y lo andaluz.
Y lo que me he encontrado ha sido bien diferente. Me he encontrado con una ciudad que busca y encuentra su propia modernidad sin renunciar a su tradición y su idiosincrasia (hey, qué pedante he quedado, ¿verdad?), con una ciudad amable, donde la gente circula en bicicleta, los tranvías están en pruebas y las distancias son mucho más abarcables que en este interminable Madrid. Me he encontrado una ciudad hermosa, vistosa, que al sol más justiciero o bajo una tromba de agua veraniega (ha llovido, ha llovido, sí, sí, sí) siempre enamora.
Y me he enamorado. Pero sobre todo de la gente. No es que me traiga la impresión del camarero majete que dice gracias a los turistas ni del calesero ocurrente que te cuenta todo sobre los lugares por los que vas pasando en calesa, no, me traigo algo mucho más profundo y es el haberme sentido como en casa gracias al señor Valero y su señora novia que nos han recibido y han hecho que estos días sean muchísimo mejores de lo que ya han sido en sí mismos. [Con mención especial a los pantalones "chinos" color pimentón que tanto furor causaron en la noche sevillana y a ese pedazo de casa de Espartinas que estuvimos encantados de conocer y que disfrutaremos en un futuro. ]
Es una lástima que la gente que me gusta tanto no esté tan a mano como desearía.
La verdad es que tuve un pequeño "flashback" de otra época en la que yo también solía hacer turismo a casa de amigos en otra ciudad también "a la orilla del AVE", y sentí el miedo que siente uno cuando ha perdido a personas queridas y cuando ha visto malogradas sus inversiones emocionales.
Pero como estoy quedando más pedante que una discusión entre Umbral y Sánchez Dragó, mejor lo dejo.
Ya iré poniendo fotos, porque alguna merece la pena, pero no quiero agobiar tampoco.
Concluyendo:
- en Sevilla la lluvia es una maravilla (y el parque de María Luisa en un día de cielo plomizo y suelo mojado, más)
- en Sevilla la gente usa la bici y hacen muy bien
- se come muy bien por no demasiado dinero
- acerca del café mejor no digo nada, porque aún me duele el estómago, Diosssss, qué café más fuerte
- no he visto más italianos juntos ni aunque hubiese ido a Roma
- me he movido sin problemas en transporte público y andando y hasta me he perdido en Triana y he vuelto a encontrarme (que eslo más importante)
- los tópicos sólo son eso, topicos
No os perdáis esta maravillosa ciudad. Aún cuando hay obras, es especial...
- ALLÍ TAMBIÉN HAY OBRAS, QUE LO SEPA TODO EL MUNDO, QUE PARECE QUE MADRID CRÍA LA FAMA... Y NO ES QUE YO DIGA QUE EN MADRID NO HAY UNA ZANJA, PERO ES QUE LAS HAY EN TODAS PARTES (O CASI TODAS) -
3 comentarios:
Yo he vivido en Sevilla dos años y medio: dos años estudiando y seis meses trabajando. Así es que la conozco en todas las épocas del año. Y la verdad es que lo pasé muy, muy bien.
Y estoy tan cerquita que con cierta frecuencia voy a pasar el día allí: a hacer unas compras, a ver a amistades, a ver una exposición...
Te alabo el gusto.
Me alegro de que la experiencia haya sido tan positiva, y de que te hayas atrevido a visitar esta ciudad en pleno verano :-)
¿Metro? ¡Olé ahí! Espero que les quede bonito, para no desentonar con todo lo demás ;-)
¡Un besito, Grace!
Anda y yo leyendo tarde este post...
Jooo vas a sevilla y no avisas :-(
:-p
Me alegro que te haya gustado y sí sevilla es una maravilla, a mi de vez en cuando me gusta recorrer sus calles estrechas y envolverme de su encanto...
Un besito
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