miércoles, junio 27, 2007

FANTASMAS Y DAÑITO

- Sección: RECOMENDADOS


- PORTADA DEL LIBRO COMENTADO Y FOTO DEL AUTOR QUE, CON ESTA PINTA DE "HIJO SECRETO DE NORMAN BATES Y UN ESTUDIANTE SOSO DE BIOLOGÍA MOLECULAR", PARECE HASTA SERLO -

"¿Tú crees que yo dejaría que alguien me hiciera esto? - dejó de reírse y dijo - Me lo he hecho yo misma"
(Chuck Palahniuk, de "Fantasmas")


Por si no os suena de nada este señor, que será lo más posible, os diré que es el autor de "El club de la lucha" entre otras novelas. Está considerado uno de los escritores contemporáneos más incisivos y provocadores junto con Douglas Coupland (que me da por saquillo a mí este individuo, oiga, que lástima gastar el dinero en un libro suyo) Bret Easton Ellis (que después de "American Psycho" y "Las leyes de la atracción" no hizo nada que me resultara interesante, sino que ha ido repitiéndose y cerrándose a las paranoias de los pijos que oscilan entre la cocaína y el litio pasando por el alcohol y todo tipo de flipadas) o Johnnatan Safran Foer (y ese pedazo de "Todo está iluminado" con una originalidad y una frescura narrativas que son para que la mandíbula inferior se descuelgue del asombro que produce) y bla bla bla bla... Pero como no soy una erudita de la literatura norteamericana (ni de la de Bollullos de la Mitación ni de ninguna, conste) pues digo lo que me parece.
Desde luego no es apto para todas las sensibilidades, hay que estar, digamos que un poco hervido para que este buen hombre te cuaje del todo. O lo mismo hay que estar quemado y no me he dado cuenta, pero en cualquier caso, leerle es como recibir patadas en la cara con unas botas de puntera metálica. Que no se anda con paños calientes, que no es que sea nihilista, es que es "destroyer" en estado puro (y duro, sobre todo duro), pero lo más curioso del tema es que hay cosas, palabras, párrafos, descripciones, angustias y sentimientos con los que cualquiera, por lejano que se considere a lo que se narra, se puede identificar. Y eso acojona y desconcierta. Como poco.
Me leí "Diario, una novela" y aunque me impactó, no llegó al extremo que ha llegado "Fantasmas".
La crítica (los que entienden de literatura, no yo) describen el libro como una reiteración de ideas que ya había escrito (Antonio Gala si que se repite y nadie le dice nada) pero a mí, personalmente, me ha impactado.

Los fantasmas que aparecen en este libro son los de una serie de personajes [escritores] que se encierran voluntariamente en un teatro durante 3 meses para escribir su obra maestra. El encierro, en principio voluntario, se va convirtiendo en un secuestro y una lucha descarnada por la supervivencia a costa de los otros y por la permanencia fuera del teatro, por ser más que los demás cuando salgan y tener una historia mejor que la de los otros, aunque sea a costa de dañar a otros, autolesionarse, matar, mentir, mortificarse, sufrir, etc.
Visto así, puede parecer que lo que cuenta se presta poco a la identificación por parte del lector, pero la cosa es tan dura y tan descarnada que te vas dando cuenta de que realmente nos estamos convirtiendo en monstruos, que cosificamos a las personas y personificamos a las cosas, que nos usamos y nos resignamos en ocasiones a ser usados y, que el dolor es algo tan arraigado en nostros que no nos produce, en la mayor parte de las ocasiones, ni siquiera compasión por el otro o por nosotros mismos.
Una especie de "esto es en lo que nos estamso convirtiendo, señores del siglo XXI", sin moralejas, moralinas ni ningún tipo de consuelo posible.
Ya digo que no es para todas las sensibilidades, pero si sois lectores intrépidos, os lo recomiendo para escapar de cursilerías y ñoñeces variadas que merodean en las librerías de cara al verano.
Dicho queda.

Y para que ustedes se documenten e ilustren, su pagína web oficial (en inglés) y la referencia a este señor el la wikipedia (en español):

http://www.chuckpalahniuk.net/
http://es.wikipedia.org/wiki/Chuck_Palahniuk

lunes, junio 25, 2007

LA BODA DE MI MEJOR AMIGO (II)

- Sección: LOS AMIGOS DE PETER




- FOTILLO BUSCADA (Y ENCONTRADA) POR AHÍ PARA ILUSTRAR EL POST -

Se casó el sábado pasado. Y yo no fui. Al final a veces las decisiones más radicales son las más sinceras y si se explican de la manera adecuada (y a la persona adecuada) no son malentendidas.
Tras pensarlo mucho quedé con él y decidí decírselo directa, tranquila y sinceramente. Y él se lo tomó bien.
He rehusado ir a otras 2 bodas de amigos cercanos. Pero en los otros casos he rehusado ir porque la cercanía se había convertido en una distancia insalvable y veía absurdo gastar tiempo y dinero en ir a unas ceremonias en las que pintaba tanto como un mueble ropero, porque con el paso del tiempo los que fueron amigos muy cercanos no tiene por qué seguir siéndolo, y hay quien se conforma con lo que pudo haber sido y no fue, pero yo no soy de ese tipo de personas, así que si tengo que dejar una relación de amistad porque ya no hay nada que te una con la otra persona, la dejo. Y a dos personas en concreto las he dejado de cara a sus respectivas bodas. Que no era cuestión, pero que vamos, no creo que dejasen de casarse por mí
y, además qué mejor regalo que la sinceridad de alguien que decide que ya basta de engañar y engañarse, porquie yo pintaba en esas dos bodas tanto como su peluquera o su dentista, o sea, NADA... aunque a veces eso no sea ni bien recibido ni comprendido.
El se lo tomó bien, como ya he dicho, y, aunque en su boda yo "sí pintaba" algo, entiende los motivos que argumenté y me conoce y sabe de qué pie cojeo (y del que no, también).
Es un gusto y un lujo no tener que inventar estupideces para ser fiel a uno mismo y a los demás.
De eso él y yo sabemos un rato
.

Te quiero, chato, ojalá me equivoque y seas el tío más feliz del mundo.

martes, junio 19, 2007

DE LOS HOMBRES G, LA FÍSICA DE 3º, LUIS Y EL FRÍO EN LOS HIPERMERCADOS

- Sección: MATTERS OF THE HEART


- PORTADA DE UN DISCO QUE ALGUNO NI SABRÁ CUAL ES -


Era el año 1988, el 7 de septiembre. Me había quedado la física de 3ª de BUP y me tenía que presentar al examen ese día. No había estudiado mucho y, la verdad, ese año fue mi peor año académico y en junio había remontado como había podido. La niña que sacaba sobresalientes con la gorra de repente coleccionaba suspensos y estaba tan tranquila. Hasta incluso em sentí "normal" y dejé aparcado mi título de "empollona oficial de mi barrio". Y todo lo que pasó en mi vida ese año y por lo que mis notas se fueron al subsuelo se llamaba Luis y tenía los ojos color miel.
El era un chico bueno, aplicado, llevaba la ropa que le compraba su madre y yo era la rebelde de las notas por encima de la media disfrazada de gótica pero que escuchaba a Miguel Bosé en secreto. Siempre he pensado que en mi e´poca estudiantil debía tener el cogote más seductor de todas las aulas de la humanidad porque quién se sentaba detrás de mi en clase acababa cayendo en mis redes. Y yo con mil complejos, desde luego para escupirme y matarme...
Y ese año le tocó a él sentarse detrás de mí. Y en la fiesta de Navidad del colegio me pidió salir mientras U2 sonaban y, de repente, al siguiente trimestre, suspendí hasta el recreo. Y empecé a leer el superpop y a preguntarme si estaba bien mentirle a mi madre y quedarnos solos los fines de semana en su casa mientras su spadres se iban a la sierra y los míos creían que estábamos dando una vuelta. Y dejé la filosofía ochentera de la libertad y la incomprensión generacional y empecé a cardarme el pelo y a usar minifaldas. Y perdí una tuerca de un pendiente que su madre encontró en el sofá de su comedor, y tuve una charla sobre sexo y moralidad con sus padres, muy severa, muy seria, muy azorados nosotros. Y descubrí el amor. Y descubrí como perderlo. Y descubrí lo que duele. Y supe lo que se siente cuando te cantan canciones cursis al oído y cuando sólo rozar una mano en una visita del colegio a un museo hace que te importe un carajo lo que diga el guía y que la vida se centre en esa mano, en esos ojos, en el susurro de esa voz.
Yo no sabía mucho, y creía que lo importante era tener a una persona constantemente en un brete, inseguro, que no supiera nunca lo much que me importaba, que creyese que podía perderme en cualquier momento. por supuesto me equivocaba, pero a los 15 años nadie tiene la verdad absoluta sobre las relaciones, (ni a los 35), y yo pensaba que era lo correcto. Y después del verano, con los exámenes de septiembre, me dijo que se acababa, que no podía estar siempre pendiente de si le quería o no, que necesitaba tener una relación segura y estable y no lo que yo le daba. Y con sus 16 años, su cara imberbe y sus ojos color miel me dejó el corazón en pedazos y la firme convicción de que nadie en mi vida me querría de esa manera.
Tal vez su amigo (el "cabrero" le llamábamos en el colegio) era más atrevido, más gracioso, más guapo y tenía unos ojos animales color verde menta de tirar para atrás. Tal vez su amigo me habría puesto los puntos sobre las íes y se me habría quitado la tontería pero bien quitada, pero él era tierno, era auténtico, era leal, y yo no supe serlo con él. Y yo le quería a él. Pero él no quiso quererme más.
Y aquel 7 de septiembre me vino a buscar antes del examen de física para decirme que lo dejábamos, que no salíamos más, que no quería verme. Y yo no entré al examen, me puse a dar vueltas por el barrio y acabé en el callejón al que llamábamos "el fumadero", sentada, sola, fumando un cigarrillo y triste como no lo había estado hasta entonces en mi vida.
Pasé a COU con la física de 3º pendiente. Aproveché la coyuntura para cambiarme a un instituto en otro barrio con una amiga mía. Y la vida siguió, y tuve más compañeros de clase que se sentaban detrás, en el instituto nuevo, en la universidad...

Estaba yo pasando frío en un Hipercor ayer por la tarde, cuando me percaté de que lo que sonaba por megafonía y que yo estaba tarareando sin darme cuenta era una canción de los Hombres G. Las escaleras mecánicas me llevaban a la planta de muebles de baño y el pimpollo me miraba desconcertado ...si yo no te tengo a tí, para qué quiero vivir, si no me besas, me abrazas... y mientras la canción sonaba y yo canturreaba, de repente me acordé de cuando suspendí física en 1988 y cuando Luis me regaló la cassette de los "Hombres G" y yo me reí con mis amigas, pero luego, no dejé de escucharla todo el verano y luego, me quedé sin él y la cassette se estropeó y nunca conocí a nadie que me quisiera de esa manera.
De repente miro al pimpollo y me doy cuenta de que a veces las historias se repiten.
Este año no voy a suspender física.

jueves, junio 07, 2007

LA BODA DE MI MEJOR AMIGO (I)

- Sección: ME & MYSELF / LOS AMIGOS DE PETER



- IMAGEN CAPTURADA EN INTERNET Y "TUNEADA" PARA LA OCASIÓN -


Me llama a las 11 y 20 de la noche. Se casa el día 23 de este mes y aún no me ha dado la invitación de su boda. Yo ya estoy en la cama, me acabo de acostar y, por el ruido que percibo al otro lado del teléfono, en su casa, él está bastante lejos de acostarse o de descansar tal como yo ya lo estaba haciendo. Y hoy no podemos quedar, porque él tiene que ir al psicólogo. Y el fin de semana no podemos quedar porque yo estoy de reformas en el baño (la estamos haciendo el pimpollo y yo misma, he descubierto que soy una artista dando de llana y que no hay agujero de pared o techo que se me resista). Y es quien hoy por hoy ostenta ese título tan extraño que damos a veces a las personas, eso de ser mi "mejor amigo".
Y, por eso, como hay confianza, como a tí te lo puedo contar y contigo me lo puedo permitir, aún no hemos quedado para que me dé la invitación de su boda.
Y, por eso, como hay confianza, como a tí te lo puedo contar, me dice que está yendo a un psicólogo, que está acojonado por el cambio, aunque lleven tres años viviendo juntos ya, pero por la "responsabilidad" que supone el cambio de estado civil.
Porque, mientras convives, siempre que hay una discusión o un desacuerdo, queda como vía de escape (aunque sea mereamente dialéctica) eso de "pues lo dejamos y listos y tú por tu lado y yo por el mío", pero cuando te casas ya parece que, aunque la compra del supermercado y el "a tu hermano no lo aguanto" sean iguales, cambian muchas cosas.
No lo sé. Nunca me he casado. Y no sé si lo haré. pero no he visto a este hombre nunca tan estresado en su vida, ni jamás podría imaginarme que recurriría a una consulta de un psicólogo para poder afrontar con mayor entereza su boda (preparativos y boda en sí). He visto a varias parejas casarse. Algunos más amigos que otros, algunos familiares y, sí, siempre se crea cierto estrés, pero no de la magnitud del que está generando este amigo mío.
No sé qué debe sentirse. Sólo sé que yo dejé a mi anterior pareja cuando todo se desmoronó y todo se desmoronó el mismo día en que me pidió que nos casáramos. fue cuando decidí que tenía que dejarlo de una vez por todas.
Cuando era más jovencilla, me hacía cierta "ilusión" (alimentada por mi rebeldía y por toda la iconografía peliculera que llevo en mi mente) el hecho de plantar a un novio en el altar y con el traje de novia puesto y los invitados allí y el señor cura, decir un sonoro "no quiero" y entregarle el ramo al novio ultrajado y largarme saludando con la manita con alguien más atractivo, más divertido y más interesante que el ser humano que estaría flipando en colores con un ramo en la mano frente a un altar en el que faltaba la actriz principal de aquella farsa, o largarme conmigo misma, que también tengo mis cosillas y,. cuando quiero, puedo ser muy majuela (otra cosa es que quiera).
No es que le desee que se arrepienta en el último momento o que se arrepienta su pareja. Pero espero no tener que decirle dentro de unos cuantos años que el día de su boda estuve a punto de confesarle que yo sentía que cometía un gran error.
Y no por casarse en sí. Y no por ser mi mejor amigo. Sino porque cuando uno de partida ya necesita asistencia psicológica para afrontar algo es porque el conflicto interno que le crea supera a las espectativas de éxito.
Y tendré que ir a su boda y hacer que me alegro por ellos...