- POST SIN IMÁGENES PORQUE ME DA COSA PONER LAS DE MI CASA, ¡AY! -
Cada mañana cuando desayuno frente a la MTV pienso que debería haberme sentido como en el vídeo que ponene casi todos los días de la canción de Pink "Who knew", destrozada por el amor perdido y muy, muy mal. Pero el día que le dejé me sentí liberada y jamás tuve ni un resquicio de culpa ni una intención, por pequeña que fuese, de volver un paso atrás.
En fin, a veces creo que tenemos ideas preconcebidas sobre lo que debemos sentir o pensar o hacer, dependiendo de la ocasión.
Porque, por ejemplo, yo creía que al tener mi propia casa me sentiría diferente, no sé explicarlo, que sería como crecer o algo así y resulta que soy la misma, pero con más deudas... y la verdad es que tampoco me siento tan agobiada por las deudas, sino que son parte de la vida, total, voy a tardar una pila de años en pagar el piso, no voy a pasarme toda esa ristra de años agobiada...
Pero claro, el tiempo va pasando, para todo el mundo. Esa es otra de las cosas que a veces se tienen en cuenta, y... a veces NO.
El jueves a mi tía, la hermana menor de mi madre, le dio un infarto. Bueno, ahora está bien y todo está bajo control, pero todo eso me ha dado que pensar. Lo que quiero decir, es que mi madre es más mayor que su hermana, vale, está más sana, pero es más mayor y es muy mayor, pasa de los 70, y nunca ha estado enferma ni le ha ocurrido nada, pero justo ahora que nos separan unos cuantos kilómetros caigo en la cuenta de que un día les ocurre algo a alguno de "Los chicos de oro" (mis padres y mis tíos) y no he asumido aún que son ancianos y que no se corresponden ya con la imagen de cuarentones maduritos de mi infancia. De hecho la que dentro de poco será una cuarentona seré yo.
Pero hasta que no ocurre algo así, no caemos en la cuenta de que el tiempo pasa también para nuestros padres y que no son eternos.
Igual que no fueron eternas las disputas de adolescencia y juventud y las espectativas no cumplidas por ambas partes.
Se me ponen los pelos de punta al pensar que un día tendrán que faltar, porque siempre me han hecho falta. Para discutir, para pelearme, para poner metas y caras y nombres y sentimientos a mi frustración, para llorar sobre un hombro, para cualquier cosa.
El hjueves pasado, cuando fui a casa de mis padres a visitarlos se me quedó un sabor agridulce en la boca de vuelta a casa. Primero, por lo frágiles que los veo, por el miedo que me da que les ocurra algo y yo no esté allí para poder ayudarles. Después, por todas las cosas que creo que no he querido o podido compartir con ellos y para las que ahora me falta tiempo y lugar.
Mi madre me tenía su "paquetito" de compra hecho.
Creo que es algo inherente al hecho de ser madre, que comas, que te alimentes, que estás quedándote flaca otra vez... y yo pienso si no será que ella está desarrollando astigmatismo, porque mi perímetro de cadera va en aumento...
Así que subí la cuesta desde el tren a mi casa, cargada con una botella de aceite, un kilo de manzanas, cuarto de lomo, dos pares de medias, dos camisetas nuevas y un libro.
Y todo lo que te haga falta, llevátelo. Pero y si lo que me hace falta eres tú... ¿qué hago?...
No, no es que no haya roto el cordón umbilical maternal, es que veo que se hacen mayores y estoy aterrorizada.
ESCUCHANDO: "Who knew" (Pink)
LEYENDO: "Un milagro en equilibrio" (Lucía Etxebarría)
En fin, a veces creo que tenemos ideas preconcebidas sobre lo que debemos sentir o pensar o hacer, dependiendo de la ocasión.
Porque, por ejemplo, yo creía que al tener mi propia casa me sentiría diferente, no sé explicarlo, que sería como crecer o algo así y resulta que soy la misma, pero con más deudas... y la verdad es que tampoco me siento tan agobiada por las deudas, sino que son parte de la vida, total, voy a tardar una pila de años en pagar el piso, no voy a pasarme toda esa ristra de años agobiada...
Pero claro, el tiempo va pasando, para todo el mundo. Esa es otra de las cosas que a veces se tienen en cuenta, y... a veces NO.
El jueves a mi tía, la hermana menor de mi madre, le dio un infarto. Bueno, ahora está bien y todo está bajo control, pero todo eso me ha dado que pensar. Lo que quiero decir, es que mi madre es más mayor que su hermana, vale, está más sana, pero es más mayor y es muy mayor, pasa de los 70, y nunca ha estado enferma ni le ha ocurrido nada, pero justo ahora que nos separan unos cuantos kilómetros caigo en la cuenta de que un día les ocurre algo a alguno de "Los chicos de oro" (mis padres y mis tíos) y no he asumido aún que son ancianos y que no se corresponden ya con la imagen de cuarentones maduritos de mi infancia. De hecho la que dentro de poco será una cuarentona seré yo.
Pero hasta que no ocurre algo así, no caemos en la cuenta de que el tiempo pasa también para nuestros padres y que no son eternos.
Igual que no fueron eternas las disputas de adolescencia y juventud y las espectativas no cumplidas por ambas partes.
Se me ponen los pelos de punta al pensar que un día tendrán que faltar, porque siempre me han hecho falta. Para discutir, para pelearme, para poner metas y caras y nombres y sentimientos a mi frustración, para llorar sobre un hombro, para cualquier cosa.
El hjueves pasado, cuando fui a casa de mis padres a visitarlos se me quedó un sabor agridulce en la boca de vuelta a casa. Primero, por lo frágiles que los veo, por el miedo que me da que les ocurra algo y yo no esté allí para poder ayudarles. Después, por todas las cosas que creo que no he querido o podido compartir con ellos y para las que ahora me falta tiempo y lugar.
Mi madre me tenía su "paquetito" de compra hecho.
Creo que es algo inherente al hecho de ser madre, que comas, que te alimentes, que estás quedándote flaca otra vez... y yo pienso si no será que ella está desarrollando astigmatismo, porque mi perímetro de cadera va en aumento...
Así que subí la cuesta desde el tren a mi casa, cargada con una botella de aceite, un kilo de manzanas, cuarto de lomo, dos pares de medias, dos camisetas nuevas y un libro.
Y todo lo que te haga falta, llevátelo. Pero y si lo que me hace falta eres tú... ¿qué hago?...
No, no es que no haya roto el cordón umbilical maternal, es que veo que se hacen mayores y estoy aterrorizada.
ESCUCHANDO: "Who knew" (Pink)
LEYENDO: "Un milagro en equilibrio" (Lucía Etxebarría)
6 comentarios:
Los padres es algo que nunca debería faltar...
Que sí, que discutimos con ellos, que les llamamos pesados, que no le hacemos caso (a pesar de casi siempre llevar ellos la razón)... pero son un punto de apoyo demasiado grande en la vida... pq es verdad que por muchas perrerias que hagas, tus padres están ahí, pq como ellos dicen, "los hijos duelen"...
Yo no se si podría irme a vivir a unos km de mi madre, posiblemente sí, pero la factura telefónica seria kilométrica...
El domingo me decía mi chico, como me toque los cupones nos vamos esta noche a miami, cuando avises a tu madre ya estarás allí y yo pensando pa mis adentro... a miami con el charco de por medio y sin mi madre?... yo me la llevo conmigo... (para una semana u dos me voy solita :-p)..
En fin, que saludos..
Yo siempre discutía con mi madre, aunque era como la tuya: comprarme cosas que creía que necesitaba, recortarme retales de periódico que pudieran interesarme, guardar comida para mi perro...
Ahora que no la tengo, me doy cuenta de cuánto la echo en falta y lo que echo de menos tener con quien discutir. Disfrutálos mientras los tengas.
La verdad es que si te pones a pensarlo... a... ¿se pueden decir tacos? acojona... pero por eso creo que es mejor disfrutar del presente, disfrutar de ellos ahora y olvidarte de lo inevitable, que es que se hagan mayores y algún día su paso por el mundo se convierta en un recuerdo porque es ley de vida... en fin, nos tocas la fibra!
Un besoo
q bonito, Me ha encantado este post. Los padres son insustituibles. N hay nada comparado con su amor tan desinteresado. Muchas veces hay que distanciarse para darse cuenta de cuanto los queremos.
Un mensaje precioso q le encantaria a tus papis leer (aunque no les hace falta pq ya saben todo lo que les quieres... siempre lo han sabido)
La escy mostrando sus dos manos y tres y cuatro y cinco... todas aquellas q sean precisas
Has dicho en este post lo que piensa muchísima gente. Pero qué vamos a hacerle, así son las cosas. Nuestros padres se emanciparon de sus padres y un día los perdieron, y sus padres se emanciparon de los suyos y un día los perdieron, y los padres de sus padres... Es lo que tiene el tiempo. Lo mejor que se puede hacer es no pensarlo, disfrutar cada día y hacerles ver que los quieres.
A mí me da por pensar en muchas ocasiones que ocurrirá cuando no estén... Todavía lo veo tan lejano que me parece imposible, pero hay días en que los miras y los ves con más arrugas de las que recordabas, que están más mayores, que ya no son aquellos que te llevaban a jugar con la pelota no te subían a caballito.... y me da pena.
Pero hay que disfrutarlos, que nos disfruten...Pasar tiempo con ellos... tenemos suerte que todavía estén.
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