- Sección: ME & MYSELF
- POST SIN IMAGENES HASTA QUE ME DECIDA A PONER LAS FOTOS DE MI CASA -
No sé escribir, no sé ponerle palabras a las cosas que siento o pienso, ni siquiera a cosas inventadas, que supongo que serían más fáciles para contar. No sé (o se me ha olvidado) salir de lo inmediato y hacer un pequeño ejercicio de introspección para decir e imaginar lo que quiero decir.
Así que, a veces, me siento vacía, porque no tengo palabras que llenen ese vacío.
Por cierto, he de decir que el libro que estoy leyendo ahora mismo de Lucía Etxebarría hasta me está gustando. Y lo mismo no es tan espantosa como escritora, sino que yo pensaba que mi mente merecía más... y ya ves, no sé ni escribir.
Tiene narices la cosa. No sé escribir. Me explico: sé unir palabras y formar frases que van un poco más allá de la estructura sujeto+predicado, incluso podría llegar un poquito más allá con la forma pasiva de los verbos que cualquier alumno de Juli, pero no mucho más allá...
Antes, y cuando digo antes me refiero a un pasado no muy lejano, aunque con 34 años (sí, por fin he confesado mi edad) para algunos mi pasado será más lejano que el Paleolítico inferior y para otros será antesdeayer por la mañana, más o menos, pero claro, si hablo de mí soy yo la que cuenta, así que mi pasado no muy lejano data entre los 15 y los 25 años... aunque visto así sí que parece lejamo...
Como decía, antes, en ese pasado (lejano o no), escribía, de hecho hasta dejaba que me leyeran amigos y familiares. Nunca me dio por la poesía porque le tenía demasiado respeto a Miguel Hernández y a Machado como para decir alegremente que yo escribía poesía y porque siempre he pensado que para escribir poesía hay que tener un cierto toque que por mucha técnica y mucho taller de novela, relato o de ensayo que hayas recorrido y pateado, tienes talento o nada de nada.
La prosa es diferente, si escribes bien ya tienes una base.
Así que en aquella época yo escribía y creía que, a veces, lo hacía bien. Escribí una novelita insustancial pero muy "intensa" acerca de la existencia solitaria y "underground" de una joven (o sea, de mi existencia) y algún que otro articulillo sin mucha importancia (alguno me lo publicaron y todo, qué cosas) sobre relaciones entre padres e hijos, percepción del propio cuerpo (qué cachonda era yo, oye, con mi bulimia galopante dando clases a distancia de "cómo aceptarse una misma sin caer en las trampas publicitarias de los nuevos modelos estéticos", con un par...) y hasta incluso sobre música o sobre literatura (es que en ese pasado no sólo escribía sino que también leía, mucho, mucísimo).
Y, sobre todo, escribía cartas. Sí, cartas, no correos electrónicos sino cartas, con bolígrafo, algún que otro tachón, letras de canciones para entrar en materia, firma, renglones torcidos y todas esas cosas. y la gente que recibía esas cartas se alegraba y las guardaba y me decían que les había encantado mi carta y cosas así. Y yo seguía escribiendo y contando mi vida y contando la vida en general...
Un día un amigo me dijo que mi manera de escribir le recordaba a Lucía Etxebarría. Me ofendió sobremanera, porque sólo me había leído un libro suyo y me había parecido espantoso. Pues sí escribo así, casi prefiero dejar de escribir.
Y dejé de escribir.
Lo cierto es que no escribo como Lucía Etxebarría ni de lejos. De hecho como en mi vida no han ocurrido grandes cosas ni cosas pequeñas, si ahora me pusiera a esribir no sabría ni siquiera que contar, pero la cuestión en realidad que me trae a esta digresión es que NO SÉ ESCRIBIR, ni siquiera como yo misma. Y me he dado cuenta cada vez que me enfrento a mi diario "de verdad", al que llevo en mi ordenador desde que me compré el primero (ordenador) allá por 1994. Porque releo cosas que escribí entonces y las comparo con ahora y... me pregunto cómo y de dónde sacaba yo todo eso y, sobre todo dónde ha ido a parar, que ahora no lo encuentro...
Y COMO NO SÉ ESCRIBIR, PERO ME DA IGUAL, TENGO DOS BLOGS, UNO AQUÍ (ESTE) Y OTRO EN LJ SÓLO PARA USUARIOS ACEPTADOS PREVIAMENTE Y DADOS DE ALTA EN LJ... Al final creo que da igual, tampoco sé vivir y vivo, tampoco sé cantar y canto... quiero decir... llega un momento en que empieza a darte igual tener o no aptitudes, la cosa está en tener ganas y ponerse...